Dailene Dovale de la Cruz
Ailynn Torres Santana representa una inspiración como psicóloga, feminista y especialista en temas de género. El pedido inicial era un pequeño material audiovisual, grabado desde casa y con sus propios medios, donde explicara la importancia del acceso a la Educación Sexual Integral, métodos anticonceptivos y al aborto, seguro y gratuito. Dicho material, formaría parte de un reportaje mayor sobre el embarazo adolescente. Por lo lúcida y propositiva, compartimos sus reflexiones.
—¿Cuánto influye la ausencia o deficiencia de la Educación Sexual Integral en los proyectos de vida de los y las adolescentes?
—Tener garantías que aseguren la salud sexual y reproductiva y a la misma vez desarrollar capacidades que aseguren autonomía económica es crucial en el tránsito de la adolescencia y la primera juventud de la edad adulta. La adolescencia es un momento crítico para el desarrollo físico, social, cognitivo y emocional de las personas. Durante la adolescencia se forma y se asientan las identidades de género y aumentan las desigualdades de género.
La adolescencia es también la etapa en la que la mayoría de las personas tienen sus experiencias sexuales. Y al mismo modo esa etapa de la vida es crucial el desarrollo de las capacidades para lograr a futuro empleos remunerados y trabajos dignos y decentes.
A pesar de los esfuerzos a nivel global por distintos actores sociales, institucionales en materia de salud sexual y reproductiva y también de autonomía económica: Las mujeres jóvenes y las adolescentes enfrentan barreras a la hora de acceder a los servicios de salud sexual y reproductiva y también a las capacidades de acceder al trabajo formal, remunerado y en condiciones dignas.
Una Educación Sexual Integral inexistente o ineficiente tiene impactos perdurables para la vida de los y las adolescentes. En el caso de las mujeres adolescentes a menudo afecta su trayectoria educativa y sus oportunidades de autonomía económica. Si eso se une con la sobrecarga del trabajo no remunerado que sobre todo las adolescentes jóvenes realizan en sus hogares, la situación se agrava y hay más desigualdades. Ahora bien, la Educación Sexual deficiente también puede ser causa del matrimonio precoz, de las violencias de género y de la disminución de la salud física y mental de las adolescentes y mujeres jóvenes.
Las normas sociales relacionadas con el género se hacen bastante más rígidas durante esas edades. Tienen mayor importancia, en efecto, durante la adolescencia. Y por su funcionamiento, hay evidencias que demuestran que las adolescentes están en desventaja proporcionada en comparación con sus pares varones.
—¿Qué temas y cambios de enfoque traen consigo la Educación Sexual Integral?
—La Educación Sexual como sabemos no tiene tanto que ver con el sexo propiamente dicho, sino con los modos de experimentar el lugar propio en el mundo. Experimentar placer y ofrecerlo. De reconocer las diversidades de orientación sexual e identidades de género y de lidiar democráticamente tanto en la vida doméstica como en la vida pública con la diversidad sexual y de género realmente existente.
La Educación Sexual implica identificar críticamente comportamientos violentos; conocer el propio cuerpo biológica y espiritualmente y debe producir ensamblajes con los otros actores y espacios de existencia del día a día de las personas.
La Educación Sexual no se cubre con unidades específicas de un libro de texto escolar sino que implica la ocurrencia de distintos actores y espacios tanto institucionales como no institucionales en la vida de los y las adolescentes. En el momento de la adolescencia por todo esto, la Educación Sexual Integral es fundamental.
Una investigación recientemente realizada en Cuba demostró que cuando se llega a la edad preuniversitaria, entre 15 y 17 años, es cuando hay mayor registro de una vida sexual más activa, pero a la misma vez lo programas y espacios de Educación Sexual parece disminuir dentro de los espacios escolares. Esa fue una investigación cualitativa, no tiene resultados generalizables, advirtió esa tendencia que es necesario reconocer y analizar.
En Cuba el tema de la Educación Sexual Integral es muy relevante por al menos dos razones. En primer lugar porque la Educación Sexual es un derecho y en segundo lugar porque es muy claro que existen déficits, esos déficits se demuestran, por ejemplo, en las altas tasas de embarazo adolescente y relacionado con ello, las altas tasas de natalidad en la adolescencia y las altas tasas de aborto en esa edad.
Investigaciones recientes en Cuba han demostrado brechas en el ejercicio de los derechos reproductivos de las adolescentes madres. De hecho, el embarazo en la adolescencia se ha reconocido como un problema social, que genera desigualdad e inequidad en este grupo poblacional y a la misma vez disminuye el aprovechamiento de las oportunidades sociales y económicas de las adolescentes.
Esos datos incitan a explorar, con más profundidad, sobre cuáles son los alcances y desafíos de la gestión social e institucional sobre la salud sexual y reproductiva. Al mismo tiempo las tasas de aborto en la adolescencia son históricamente elevadas. Esos indicadores más que indicadores son registros de vida concretas y necesitan intervenirse por supuesto con políticas públicas, conscientes y sistemáticas para que tengan mayores y mejores resultados de los que tienen en el presente.
Más y mejor educación sexual y además otras cuatro cosas. Primero, disponibilidad de métodos anticonceptivos, también del llamado condón femenino y no solo eso sino también romper los estereotipos al respecto. Las adolescentes cubanas continúan sintiendo vergüenza, sobre todo fuera de las capitales provinciales, de ser ellas las que compran anticonceptivos y tomar las riendas de su vida sexual. Esas son normas sociales que también son barreras tanto para acceder a los servicios de salud sexual y reproductiva como asegurar una conciencia sistemática y autonomía con relación al propio cuerpo.
En segundo lugar, es necesario mantener e incluso revisar las garantías para la interrupción voluntaria del embarazo. Eso es fundamental y no es contrario a la Educación Sexual Integral, sino que se necesitan producir imprescindibles ensamblajes entre una y otra. Sabemos que en determinadas zonas del país hay problemas para la accesibilidad para la interrupción voluntaria del embarazo.
En tercer lugar es imprescindible revisar las edades aptas para el consentimiento necesario para la interrupción voluntaria del embarazo, asegurando mayor coherencia entre los diferentes cuerpos legales y normativos relacionados con este tema porque sabemos que a veces que edades más elevadas que requieren reconocimiento parental para la interrupción del embarazo puede ser una barrera para el acceso y la garantía de los derechos sexuales y reproductivos.
En cuarto lugar y esto es muy importante, los derechos sexuales y reproductivos, la necesidad de la Educación Sexual, incluso anticonceptivos, garantías para la interrupción voluntaria del embarazo tiene una estrecha relación con las desigualdades, con las desigualdades en general y las desigualdades en específico, de manera que no estamos hablando de temas puntuales o desconectados de las realidades socio-económicas y territoriales, por poner dos ejemplos.
—¿Qué otros factores median en los embarazos adolescentes?
—Tiende a haber una línea predominante en los análisis según los cuales estos problemas son una cuestión cultural o solo relacionado con las normas sociales y que un cambio para mejorar la salud sexual y reproductiva implica solo la transformación de las normas sociales o del campo de las subjetividades, pero eso no es así.
Se ha demostrado que la procedencia de las zonas rurales, el color de la piel negro y mestizo, los bajos grados de escolaridad son variables que muestran una relación significativa con la fecundidad en la adolescencia.
A la misma vez, el aumento del embarazo en la adolescencia ocurre en todo el país, los niveles más elevados se centran en la región oriental del país y en las zonas rurales.
Una deficiente salud sexual y reproductiva es tanto causa subyacente, como consecuencia de situaciones de marginalización y empobrecimiento y los esfuerzos para abordar y mejorar los resultados relacionados con la salud particularmente para las mujeres adolescentes y jóvenes.
Necesitan ocupar un lugar destacado para pensar el campo general de las políticas sociales. Están muy bien documentados los vínculos entre empobrecimiento y comportamientos de alto riesgo por ejemplo: sexo forzado, violaciones, iniciaciones muy tempranas en la vida sexual y a la misma vez una deficiente salud sexual y reproductiva con relacionadas con el embarazo no deseado o transmisiones de infección sexual.
Y se ha demostrado que tienen consecuencias de gran alcance para las adolescentes y para la sociedad en general.
A lo anterior se suman condiciones de vulnerabilidad dadas por disposiciones inadecuadas o por acceso deficiente a servicios de salud de calidad.
Entonces, este es un problema que es necesario afrontar de conjunto entre las instituciones, la sociedad civil, activistas y militantes feministas, organizaciones comunitarias, el cuerpo normativo y legislativo en su integralidad. Solo teniendo en cuenta que es un problema complejo podemos imaginar los efectos y soluciones integrales y reales.
Este texto fue originalmente publicado en Juventud Rebelde: http://www.juventudrebelde.cu/cuba/2020-11-22/ailynn-torres-una-mirada-de-genero-al-embarazo-adolescente-video?fbclid=IwAR2gE_7IMxQmtoaPnITJxyGITHBJA8uIggKRAdSHkJncREm7WDvmsaFZsZc
Créditos de la imagen:
• Foto del autor Juventud Rebelde
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