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Cuba y el 11J

Presidente de #Cuba,Abra un proceso de diálogo popular y será recordado por eso.

1. Paren la gestión policial de esta situación, que es la imagen inversa de la gestión política deseada y debida.

2. Paren la caricaturización y criminalización de la acción popular con adjetivos de vandalismo y otros similares, que son idénticos a los que hemos escuchado en Nuestra América en fechas muy recientes por gobernantes que han gestionado sangrientamente el descontento popular. Que hayan actos que algunos puedan calificar como vandálicos no quiere decir que el descontento popular y sus repertorios de protesta lo sean.

3. Ordenen a las fuerzas del orden que protejan la propiedad social y, a la vez e indefectiblemente, el derecho de manifestación pacífica de la ciudadanía. 4. Ordenen a las fuerzas del orden el cese de la represión y la violencia. Hemos visto registros de oficiales pateando a jóvenes en el suelo, cargando a manifestantes pacíficos afuera del ICRT, llevándose de sus casas a personas sin cargos y un largo etcétera. Paren.

5. Impidan el ejercicio policial sin identificación y por personas vestidas de civiles que, además, portan armas de fuego. Es completamente inadmisible, presidente.

6. Levanten el apagón tecnológico y estabilicen la conexión a internet y telefónica. Permitan a las familias comunicarse, urgentemente.

7. Paren las detenciones arbitrarias y den a conocer el paradero de las personas detenidas. Respondan a las madres, familiares y amigos que van a las estaciones policiales donde están sus seres queridos y déjenles en libertad si están ahí ilegítimamente.

8. Presidente, abra un diálogo popular en Cuba. Escuche a la gente. Escuche sus demandas. Escuche sus propuestas. La rendición de cuentas de ayer poco va a resolver la situación realmente. Los errores sistemáticos y sostenidos de la gestión económica, política, social y cultural cubana necesitan no sólo reconocerse sino corregirse. Esos mismos errores que en otras ocasiones usted ha mencionado tienen que estar ahora en juego. Ofrezca el espacio para ello y para la autorganización que permita traducir el desconsuelo y la rabia política en acciones que funden y reconcilien.

9. Denuncie y permítanos denunciar el bloqueo de Estados Unidos sin saña y sin sospecha. Muchas personas lo hacemos y no necesitamos el beneplácito de nadie para ello. Capitalice el desprecio por el bloqueo en lugar de seleccionar cuáles denuncias son legítimas y cuáles no, sin razones ni pruebas ni justicia.

10. Si Cuba necesita recuperar horizonte, esperanza, confianza, es en este momento. Contribuir a ello es su función en esta hora y no otra. Abra una diálogo nacional real, sin tokenismos (recordando al universal Martin Luther King), sin intervencionismo, con la fuerza y la honestidad que permitan a Cuba, y sobre todo a cada cubana y cubano, ser un territorio de soberanía.